lunes, 23 de abril de 2012

Inestabilidad y caídas.


Otro de los grandes Síndromes Geriátricos es la Inestabilidad, que generalmente provoca caídas, en los ancianos.

El principal riesgo que tienen las caídas es que causas miedo e inseguridad en el anciano y esto puede conllevar la inmovilidad y el encamamiento. Para evitar que suceda esto, es fundamental que el personal de enfermería muestre su apoyo y confianza en el anciano para que sigua llevando una vida activa.

Entre las intervenciones para la prevención de caídas, podemos destacar: la colocación de medidas de protección, la identificación de factores de riesgo, identificar pacientes de alto riesgo y tender estrategias para la prevención de las mismas (1).

Otras prevenciones igual de importantes para combatir las caídas son las modificaciones a nivel del domicilio, como pueden ser adecuar la iluminación, poner barandillas en el pasillo o en el baño, utilizar barandillas en la cama o el uso de ayudas de soporte (bastón, muletas o andador). 



Un estudio muy interesante refleja que la práctica de algunos ejercicios de relajación como el Tai Chi, reducen la incidencia de caídas o de incluso tropiezos en los ancianos institucionalizados (2). El Tai Chi supone un ejercicio suave adecuado para personas ancianas con movimientos limitados, por eso no hay inconvenientes en poner en práctica estos ejercicios.



La solución a las caídas, es saber como levantarse de ellas.


Bibliografía consultada:
  1. Laguna-Parras Juan Manuel, Carrascosa-Corral Raquel R., Zafra López Fernando, Carrascosa-García Mª. Isabel, Luque Martínez Francisco M., Alejo Esteban José A. et al . Efectividad de las intervenciones para la prevención de caídas en ancianos: revisión sistemática. Gerokomos  [revista en la Internet]. 2010  Sep [citado  2012  Abril 23] ;  21(3): 97-107. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2010000300002&lng=es
  2. Valero Serrano Beatriz, Franquelo Morales Pablo, González Martínez Félix, León Belmar Javier de, Quijada Rodríguez José Luis. La práctica del Tai Chi previene las caídas en el Anciano Institucionalizado: Un Ensayo Clínico. Rev Clin Med Fam  [revista en la Internet]. 2010  Feb [citado  2012  Abril 23] ;  3(1): 34-38. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-695X2010000100008&lng=es
  3. Párraga Martínez Ignacio, Navarro Bravo Beatriz, Pretel Fernando Andrés, Denia Muñoz Juan Noé, Elicegui Molina Rocío Pilar, López-Torres Hidalgo Jesús. Miedo a las caídas en las personas mayores no institucionalizadas. Gac Sanit  [revista en la Internet]. 2010  Dic [citado  2012  Abril 23] ;  24(6): 453-459. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112010000600004&lng=es

sábado, 21 de abril de 2012

Úlceras por presión, las grandes desconocidas.


Una de las peores manifestaciones del encamamiento son las Úlceras Por Presión (UPP). Las úlceras son lesiones en la piel producidas por la isquemia local que sufren los tejidos sometidos a una superficie dura.
El mejor tratamiento para las úlceras por presión recae en la prevención de las mismas. Aquí, enfermería, tiene gran parte de responsabilidad en el cuidado de pacientes con alto riesgo de desarrollar una lesión.
Existen 3 tipos de úlceras por presión: 
  • Neuropáticas. 
  • Venosas.
  • Arteriales.
Se pueden encontrar 4 grados diferentes de estado de la úlcera: del I al IV, dependiendo de la profundidad de tejido que afecta, donde una úlcera de grado I es una lesión con un eritema rojo mientras que una úlcera de grado IV aparece necrosis en el tejido y afectación de fascia, músculo y tejido de sostén.

La prevención se lleva a cabo a través de varias actuaciones como son los cambios posturales, la higiene, los masajes o los colchones antiescaras.

La importancia que tienen las úlceras por presión reside en el poco tiempo que pasa hasta que se forma una lesión, que sin el tratamiento adecuado, desencadena una úlcera significativa agravando aún más el estado de encamamiento del anciano, sin hablar del inmenso dolor que suelen producir. Y además de la disminución significativa en la calidad de vida el paciente. Las úlceras son un tema poco atendido por el personal sanitario y de poca relevancia en la comunidad científica. El 95% de las úlceras por presión son evitables, reduciendo el gasto económico que producen.

Para un trato adecuado de las úlceras se debe tratar de manera global al paciente en un plan multidisciplinar y en evaluación continua (1), ya que la curación de las lesiones es larga y costosa. El primer paso es aliviar la causa que produce la presión.
Podemos destacar como factores de riesgo la desnutrición o Hipoproteinemia, alteraciones vasculares periféricas o diabetes mellitus y enfermedades inmovilizantes (como el Accidente Cerebrovascular) (2-3).

En el tratamiento existen diferentes intervenciones que tratan la lesión de distintas maneras. Podemos encontrar el Desbridamiento del tejido necrótico, con sus diferentes tipos: quirúrgico, enzimático y Autolítico.

Una vez desbridada la lesión, podemos poner diferentes tipos de apósitos dependiendo del grado de la lesión y el tejido que compone la lesión. Podemos encontrar los llamados apósitos de Película de Barrera No Irritante (PBNI) que han demostrado su eficacia (4). O las espumas o “foam” que también son útiles en úlceras exudativas (5).

Una novedosa técnica para la curación de úlceras es utilizar el propio plasma sanguíneo del paciente (rico en proteínas). Se extrae una muestra de sangre, se centrifuga para obtener el plasma que posteriormente se aplica en la lesión y se cubre con un apósito (6-7).

Para concluir, os animo a prestar atención a nuestros pacientes y detectar a aquellos que pueden ser candidatos a sufrir una úlcera por presión para que con unas sencillas intervenciones logremos, entre todos, erradicar la alta tasa de úlceras y evitar un problema importante en el sistema sanitario.
Me uno a la causa de J. J. Soldevilla (8), que transmite:

¡DIGAMOS NO A LAS ÚLCERAS POR PRESIÓN!

 Bibligrafía consultada:

  1. Rodríguez Palma Manuel, Vallejo Sánchez Jesús Manuel. La gestión de úlceras por presión en residencias de mayores: Obstáculos y facilitadores. Gerokomos  [revista en la Internet]. 2010  Sep [citado  2012  Abril  13] ;  21(3): 108-113. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2010000300003&lng=es&nrm=isowww.dicyt.com/noticias/el-95-de-las-ulceras-de-contacto-y-heridas-cronicas-en-enfermos-mayores-son-evitables
  2. González Horna Alicia, Piña Simón Dolores, Gálvez Serrano Mª, Gago Gómez Mª Carmen, Sánchez Mangas José Ramón, Martínez Gómez Susana et al . Manifestaciones dérmicas en hemodiálisis: Cuidados de enfermería ¿nuevo enfoque?. Rev Soc Esp Enferm Nefrol  [revista en la Internet]. 2005  Dic [citado  2012  Abril  13] ;  8(4): 75-78. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-13752005000400006&lng=es
  3. Anders, J. et al. Decubitus Ulcers: Pathophusiology and primary prevention. Dtsch Arztebl Int 2010; 107(21): 371-82; DOI: 10.3238/arztebl.2010.0371. Disponible en: http://www.aerzteblatt.de/int/archive/article?id=76410
  4. Serra N., Palomar F., Fornes B., Capillas R., Berenguer M., Aranda J. et al . Efectividad del tratamiento de las úlceras venosas con vendaje compresivo multicapa asociado a protección de la piel perilesional con Cavilon® (película barrera no irritante). Gerokomos  [revista en la Internet]. 2010  Sep [citado  2012  Abril  15] ;  21(3): 124-130. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2010000300006&lng=es
  5. Riera S., Barahona M., Roche E.. Valoración del comportamiento de los apósitos de espuma polimérica Skinfoam® en el tratamiento de pacientes con úlceras vasculares venosas y análisis farmacoeconómico. Gerokomos  [revista en la Internet]. 2009  Dic [citado  2012  Abril  15] ;  20(4): 181-187. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2009000400007&lng=es
  6. García Sánchez Laura, Font Senent Carme, Puigdemunt Melian Esther. Cura con plasma de úlceras tórpidas. Rev Soc Esp Enferm Nefrol  [revista en la Internet]. 2008  Dic [citado  2012  Abril  16] ;  11(4): 328-329. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-13752008000400010&lng=es
  7. Montón Echeverría J., Pérez Redondo S., Gómez Bajo G. J.. Experiencia clínica en el empleo de factores de crecimiento autólogos obtenidos de plasma rico en plaquetas. Cir. plást. iberolatinoam.  [revista en la Internet]. 2007  Sep [citado  2012  Abril  16] ;  33(3): 155-162. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0376-78922007000300002&lng=es
  8. Soldevilla Agreda J. Javier. STOP a las úlceras por presión. Gerokomos  [revista en la Internet]. 2010  Jun [citado  2012  Abril  21] ;  21(2): 54-54. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2010000200001&lng=es

jueves, 19 de abril de 2012

Los cambios posturales en el anciano.


Una de las actuaciones que más importancia tiene contra la inmovilización en los adultos mayores son los cambios posturales. Son el primer paso en cuanto a prevención se refiere.

Los cambios posturales tienen su importancia por que reducen la presión que provoca el encamamiento, en las diferentes partes del cuerpo. Y así se reduce el riesgo de lesiones en la piel (úlceras por presión) que son una de las complicaciones de la inmovilidad.

Principalmente, consiste en la utilización de medidas de liberación de presión, como cojines o almohadas, en los puntos de presión de la persona encamada.



Los cambios posturales son la mejor medida de prevención frente a las úlceras por presión (UPP) que se producen con frecuencia en los pacientes encamados durante mucho tiempo.
Frente a las UPP también se usan los colchones anti-escaras. En ningún caso la utilización de estos colchones exime de realizar cambios posturales a los ancianos.

El Gobierno de Aragón (1) ha desarrollado un manual para cuidadores donde habla en uno de sus capítulos de los cambio posturales. El resto del manual también es muy interesante ya que trata de la tarea de cuidar centrada en personas ancianas.

En este manual propone un ciclo de cambios posturales a lo largo del día que creo que cumple con las necesidades de movilidad de un paciente encamado:
Finalmente os dejo un video, también del Gobierno de Aragón donde se explican los cambio posturales de una manerda adecuada y sencilla. 




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Bibliografía consultada:
  1. Ripol Muñoz, M. E. La tarea de cuidar: higiene postura, movilización y transferencias. Manual para el cuidador. Gobierno de Aragón. ISBN: 978-84-8380-256-4. Disponible en: http://www.aragon.es/estaticos/GobiernoAragon/Departamentos/ServiciosSocialesFamilia/Documentos/DEPENDENCIA/02_La%20tarea%20de%20cuidar_Higiene%20postural.pdf
  2. García Sánchez, F. J. et al. Protocolo de prevención y tratamiento ante úlceras por presión. Nure Investigación, nº 36, Septiembre – Octubre 08. Disponible en: http://www.fuden.es/FICHEROS_ADMINISTRADOR/PROTOCOLO/protocolo_3636200811350.pdf

martes, 17 de abril de 2012

Inmovilidad vs Independencia


Se define Inmovilidad como: “Disminución de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras” (1). Se le considera como el Síndrome Geriátrico que más influye en la pérdida de autonomía e independencia en el anciano.

La inmovilidad conlleva en última instancia el encamamiento. Este futuro encamamiento desencadenará una serie de complicaciones que pueden imposibilitar la deambulación de nuevo del anciano. 


La inmovilidad afecta a casi todos los sistemas orgánicos del anciano, disminuyendo su calidad y esperanza de vida. Podemos encontrar que las complicaciones que más riesgos tienen son las cardio-vasculares, respiratorias y músculo-esqueléticas (1). Estas complicaciones son tan importantes que la mayor parte de la actuación contra la inmovilidad se centra en la prevención.

La prevención más destacada de la inmovilidad son los cambios posturales y los movimientos físicos.


Mientras el paciente este encamado, se realizarán movimientos tanto activos como pasivos, en piernas y en brazos para facilitar el movimiento de músculos y articulaciones así como de la circulación sanguínea. También se le pedirá al paciente que realice inspiraciones amplias para movilizar los músculos del tórax. Además se le puede colocar vendajes compresivos en extremidades inferiores que faciliten el retorno venoso. (2)

La inmovilidad de una paciente móvil, a menudo, se produce en el propio hospital. Durante la hospitalización se corre el riesgo de que se reduzca la masa muscular del anciano y que cuando sea dado de alta no disponga de la fuerza física que le permita andar. Por eso se debe reducir la imposición del reposo absoluto y junto con el médico y la familia del paciente, la enfermera debe contribuir a la movilización del paciente en el hospital (3).

Tener especial atención en el estreñimiento del paciente encamado porque puede degenerar en un problema grave y muy molesto. La inmovilidad reduce el tránsito intestinal de forma considerable y hace que el paciente no pueda eliminar los desechos de forma adecuada.

Otro punto importante de la inmovilidad es el aislamiento social que predispone al paciente y la sensación de inutilidad que padece.

La recuperación de la inmovilización puede ser lenta y costosa, pero se suelen seguir unos pasos que ayudan al anciano a recuperar su movilidad.
Primero se comienza con el paciente encamado, teniendo en cuenta los cambios posturales o los movimientos pasivos. El siguiente paso consiste en al sedestación, donde el paciente es capaz de ponerse sentado ya sea en la cama o en un sillón. A continuación se intenta llegar hasta la bipedestación, siempre con ayuda de sanitario o familia para que consiga mantener el equilibrio para tenerse de pie. Y finalmente, el último paso, consiste en la deambulación; el paciente es capaz de estar de pie y andar con cierta autonomía.

Estos pasos se adaptarán siempre al estado del anciano y a sus posibilidades. Si el paciente necesita más tiempo para adaptarse a la movilidad de nuevo no pasa nada, no existe límite.
Además puede que sea necesaria la ayuda de soportes técnicos como pueden ser bastones, muletas o andadores.


 Bibliografía consultada:
  1.  Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Tratado de Geriatría para residentes. Madrid ISBN: 84-689-8949-5. Capítulo 20, Inmovilidad.Disponible en: http://gaptalavera.sescam.jccm.es/web1/gaptalavera/prof_enfermeria/boletines/boletin_enfermeria3-2003.pdf
  2.  López Guzmán, J. A; García Zenón, T. El reto de prevenir la disminución del volumen muscular por inmovilización en pacientes hospitalizados: una labor multidisciplinaria. Med Int  Mex 2006; 22:287-91. Disponible en:  http://www.medigraphic.com/pdfs/medintmex/mim-2006/mim064g.pdf         

sábado, 14 de abril de 2012

Polimedicación en ancianos...Donde menos es más.


Los Síndromes Geriátricos son las patologías que con más frecuencia sufren nuestros ancianos.
La aparición de uno de los grandes síndromes geriátricos en una persona mayor, supone una gran entrega por parte de los profesionales que tratan a ese anciano ya que la mayoría son procesos crónicos con bastantes afecciones coadyuvantes que limitan la calidad de vida del anciano.

Generalmente, cualquiera de los síndromes geriátricos conlleva que el paciente este polimedicado. Lo que quiere decir que esta en tratamiento farmacológico de más de 3 fármacos.

En ocasiones, el anciano no precisa de tantos fármacos como toma, lo que supone un excesivo gasto económico para la comunidad, en este caso a la Seguridad Social. Precisamente el Ministerio de Sanidad, publicó un documento donde expone que los fármacos solo se pautarán cuando exista una indicación clara para ello. Y que sobretodo en Atención Primaria es primordial tratar al paciente de forma global para adecuar el tratamiento (1).

Hay que concienciar tanto a profesionales como ha pacientes que no por tomar muchos medicamentos se curará antes o mejor. Al contrario, la Polimedicación puede generar más riesgos que beneficios. Es frecuente que entre los ancianos se encuentren errores en la pauta de medicación, administrada por el propio paciente anciano. Un artículo de Farmacia Hospitalaria, analiza los errores que se cometen en pacientes polimedicados e incumplimiento de los tratamientos. Señala que los errores más típicos se producen en la frecuencia de administración o en la  duplicidad terapéutica (2).
 
Para reducir los errores, se pueden llevar a cabo varias medidas que aumenten el cumplimiento terapéutico. Los ancianos polimedicados serán objetivo de la Educación para la Salud a cerca de la información sobre el régimen terapéutico y la utilización de los pastilleros que facilitan la distribución de las dosis y hacen que la administración resulte más sencilla para los ancianos (3).


Otra medida para disminuir los errores de administración en pacientes polimedicados es establecer un esquema terapéutico sencillo. La mayoría de los ancianos, según Leal Hernández et al (4), solo el 30% de los pacientes mayores de 65 años que toman 8 fármacos o más recuerdan la adecuada posología de cada uno y hasta un 10% si son más de 9 fármacos. Si se establece una medida sencilla de administración es más fácil que el anciano recuerde la medicación que debe tomar aunque siempre tiene que tenerla por escrito. 


Otro de los inconvenientes que tiene la Polimedicación son  los efectos adversos que se producen por los propios fármacos o por las interacciones entre ellos.  Es lo que se conoce como Iatrogenia, que es en si mismo un Síndrome Geriátrico.

 Este problema afecta no solo a médico o enfermeras, sino también a las empresas farmacéuticas que comercializan los fármacos (5). Y es muy importante que las Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM) sean notificadas a la AgenciaEspañola de Medicamentos y Productos Sanitarios.   Los efectos adversos, producidos por la Polimedicación a la que esta sometido el anciano, son causa de frecuentes ingresos hospitalarios (6).



Como conclusión a cerca de la polifarmacia en pacientes ancianos, la clave es encontrar un tratamiento que se adapte a la globalidad del paciente y asegurándonos de que el paciente o cuidador principal ha comprendido y no tiene dudad a cerca de la posología y tomas de la medicación y que no se encuentran interacciones farmacológicas entre los medicamentos. Y siempre comprobar que la necesidad de un tratamiento concreto, existe.

 Bibliografía utilizada:
  
    Blasco Patiño, F. et al. El paciente anciano polimedicado: efectos sobre su salud y sobre el sistema sanitario. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud. Vol. 29–N.º 6-2005. Disponible en: http://www.msc.es/biblioPublic/publicaciones/docs/vol29_6AncianoPolimedicado.pdf
 
Fernández Lisón, L. C. et al. Errores de medicación e incumplimiento terapéutico en ancianos
Polimedicados. Farmacia hospitalaria. Vol.  30. N.° 5, pp. 280-283, 2006. Disponible en: http://www.sefh.es/fh/11_4.pdf
 
Morales Suarez-Varela, M. T. et al. Estudio sobre la utilidad del pastillero para mejorar el cumplimiento terapéutico. Atención Primaria. 2009;41(4):185–192. Disponible en:
http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/27/27v41n04a13136330pdf001.pdf
 
Leal Hernández, M. et al. Paciente polimedicado: ¿conoce la posología de la medicación?, ¿afirma tomarla correctamente? Atención Primaria 2004;33 (9):451-6. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/27/27v33n08a13061580pdf001.pdf
 
Puche Cañas, E; de Dios Luna, J. Reacciones adversas a medicamentos: una revisión actualizada del problema en España. Revista Clínica  España. 2006;206(7):336-9. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/65/65v206n07a13090482pdf001.pdf
 
Gavilán Moral E et al. Polimedicación y prescripción de fármacos inadecuados en pacientes ancianos inmovilizados que viven en la comunidad. Atención Primaria. 2006;38 (9):476-82. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/27/27v38n09a13095049pdf001.pdf



jueves, 12 de abril de 2012

Necesidades Básicas Geriátricas.


Tras la valoración geriátrica global, se detectan diferentes problemas de salud que interfieren en la vida del anciano. Estas Necesidades Básicas son las que acercarán al anciano a su máxima independencia.

Para tratar las necesidades básicas realizamos un Proceso de Atención Enfermera (PAE) basado en las 14 necesidades de Virginia Henderson.

 Se siguen las cinco fases del PAE:


 
Y las necesidades de Virginia Henderson:
  1. Respirar normalmente.
  2. Comer y bebe de forma adecuada.
  3. Eliminar por todas las vías.
  4. Moverse y mantener una postura adecuada.
  5. Dormir y descansar.
  6. Elegir ropas adecuadas, vestirse y desvestirse.
  7. Mantener la temperatura corporal.
  8. Mantener la higiene corporal y la integridad de la piel.
  9. Evitar los peligros del entorno.
  10. Comunicarse con los demás.
  11. Actuar de acuerdo con la propia fe.
  12. Llevar a cabo actividades con un sentido de autorrealización.
  13. Actuar en actividades recreativas.
  14. Aprender.
La valoración geriátrica tiene que ser muy exhaustiva y debe tener especial cuidado en detectar todos lo problemas de las necesidades y resolverlos de manera adecuada ya que el principal objetivo, de la asistencia enfermera en geriátria, es conseguir la mayor INDEPENDENCIA del anciano.
Menciono un artículo que recoge algunos de los principales diagnósticos enfermeros detectados por una enfermera asistencial en una unidad de Traumatología a pacientes geriátricos. (Diagnósticos Enfermeros) (1).

Bibliografía consultada:
1.       Luque Ballesteros M., Micó Reyes E., Tantiñá Fontanet S., Moreiras Andrino M.C., Díaz García L., Sabater Raga R.. Diagnósticos enfermeros en UFISS, UGA, traumatología y CIR. Enferm. glob.  [revista en la Internet]. 2011  Abr [citado  2012  Abril  12] ;  10(22): Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-61412011000200015&lng=es

lunes, 9 de abril de 2012

Valoración Geriátrica Global.


Una buena asistencia sanitaria tiene detrás una gran valoración clínica de los pacientes. El personal enfermero tiene que saber realizar una buena valoración para detectar problemas graves o cambios en el estado de salud del paciente.

En los ancianos se realiza una valoración de las 4 esferas más importantes: 
  •  Clínica. 
  •  Funcional.
  • Mental y Social.
  • Emocional.

Para efectuar la valoración geriátrica completa tenemos 3 medios:

 
Lo más interesante de la valoración geriátrica son las Escalas de Valoración. Ya que son un medio muy eficaz de distribución rápida de pacientes para detectar la mejor asistencia. Además permite unificar los resultados de la valoración entre los diferentes profesionales sanitarios.

Existen múltiples escalas de valoración de diferentes formas y clasificaciones. Y no todas son igual de adecuadas para todo tipo de pacientes. Aunque las que más se usan en el medio sanitario son solo unas pocas.

En cuando a la valoración clínica, la escala más destacable es el Mini Nutricional Assessment (MNA) que evalúa el estado nutricional del anciano y lo clasifica desde un estado nutricional adecuado o un estado nutricional malo. Nestle® ha publicado una guía donde explica como completar la escala y saber interpretarla correctamente. (MNA) (1).

El siguiente artículo reúne varias escalas de las más utilizadas en cuanto a la esfera funcional: Índice de Katz, Índice de Barthel, Escala de la Cruz Roja y la Escala de Lawton y Brody. Estas escalas son las que aportan mayor información acerca del grado de dependencia frente al de independencia que sufre el anciano, a través de las actividades básicas o instrumentales de la vida diaria. (Escalas de Valoración Funcional en el Anciano) (2).

Para la valoración mental y social utilizamos escalas que, sobre todo, detectan si hay un deterioro cognitivo, o una función intelectual alterada o el estado de los cuadros confusionales. Para ello las escalas que más se recomiendan son: el Test de Pfeiffer, Folstein MMSE, Lobo MEC y el Test del reloj.
A continuación os dejo un video que explica la mecánica de realización del Test de Pfeiffer, las preguntas que se realizan y como se interpretan las respuestas. 


Por último, en cuanto a la esfera emocional, la escala más relevante es la de Depresión de Yesavage para detectar una posible depresión y evaluar el estado de ánimo del anciano.

 Bibliografía consultada:
1.       Guía para rellenar el formulario Mini Nutricional Assessment MNA. Nestle Nutrition Institute. Disponible en: http://www.mna-elderly.com/forms/mna_guide_spanish.pdf
2.       Trigás-Ferrín M, Ferreira-González L, Meijide-Míguez  H. Escala de valoración funcional en el anciano. Galicia Clin 2011; 72 (1): 11-16. Disponible en: http://www.galiciaclinica.info/PDF/11/225.pdf
3.       Suijker JJ, Buurman BM, Ter Riet G, van Rijn M, de Haan RJ, de Rooij SE, Moll van Charante EP. Comprehensive geriatric assessment, multifactorial interventions and nurse-led care coordination to prevent functional decline in community-dwelling older persons: protocol of a cluster randomized trial. BMC Health Serv Res. 2012 Apr 1;12(1):85. Disponible en: http://www.biomedcentral.com/content/pdf/1472-6963-12-85.pdf
4.       Gonzalez Montalvo, J; Alarcón Alarcón, T. Calidad de los instrumentos de valoración funcional en geriatría: del invento de la rueda a la era electrónica. Rev Esp Geriatr Gerintol. 2008; 43: 265-7. Vol 43 núm 05. Disponible en: http://www.elsevier.es/en/node/2067733
5.       Martín-Sánchez F.J., Fernández Alonso C., Merino C.. El paciente geriátrico en urgencias. Anales Sis San Navarra  [revista en la Internet]. [citado  2012  Abril 08]. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1137-66272010000200017&script=sci_arttext